viernes, 18 de febrero de 2011

Es más que un hasta luego.

(Basada en una historia real* acotación: ¡no la mía!)
Tan solo un minutito porfis, porfis. No me presiones. Estoy preocupada por esto. Tan solo un momentillo chiquitín, esos que ni se sienten pues te las pasas con tus amigos todo el día y si no, en el trabajo obsesionado por ocupar tu tiempo en todo lo que se pueda, y no para que te asciendan, sino para olvidarte de mí. Tan solo eso le pido ¿si? Un segundo nada más, para que ambos podamos respirar y comprender que un espacio en nuestras vidas es más que suficiente. No es un adiós definitivo, es un hasta luego nada más, que sin saberlo se esfuma como la espuma, rapidito y luego el tiempo se acorta y regreso a tu lado y entiendo el porqué quise que nos separáramos, porque no puedo estar con alguien como tú. Tu edad es un problema, demasiado para mí, no puedo pasarlo por alto porque es necesario hablar de las limitaciones de las épocas y de la comunicación. Tu mirada también me asusta, porque es demasiado profunda y seria y tengo miedo cada vez que hablas con tono seguro y determinante, con esa pinta de autosuficiente que te manejas no puedo verte como una persona humilde y tranquila, que busca querer a una chica como yo en un arranque que se dio de pronto.
Tu voz es muy gruesa y tu sonrisa un misterio, creo que me estás ocultando algo importante y no quiero ni pensarlo ni saberlo. Por eso mejor, antes de darme con una mega sorpresa que me destruya te pido esto. Solo un minuto. Respirando diferente aire para no asfixiarnos con el humo negro del combustible de tu carro. Por favor solo te pido, que pares la emoción. Que me dejes tranquila viviendo la vida y tú sobreviviendo la tuya sin involucrarme en ella a mí, porque sinceramente no tengo la edad suficiente para comprender de qué me hablas y tampoco quiero madurar en eso. Déjame pasar etapas y entiende que un amor platónico siempre debe quedar en eso, algo platónico. Porque sino la realidad lo quema, como tú quemas mis etapas y no me permites continuar con naturalidad. Todo esto es fastidioso, la verdad es que no le he contado a nadie porque me da mucho miedo, creo que en algún momento saldrá a la luz y la gente se sorprenderá de que yo, una mujer apenas, esté en un camino pantanoso, a punto de cometer el error más grande de su vida, que la marcará de por vida y la hará sufrir.
Tan solo un minutito porfis porfis, es tan solo un breve adiós, un pequeño hasta luego que permitirá que mis sentidos y mi voz se conecten con lo que realmente siempre he querido: mi familia, mis amigos, Dios. He cometido tantos errores, que cuando te veo a los ojos veo el reflejo de todos ellos y la mezcla entre quererte y no volver jamás atrás me causa  angustia y ganas de llorar junto a mi abuela. No quiero verte. Tan solo un minutito para que pueda pensarlo. Es algo intenso y la verdad mis emociones no se están controlando, entre el humo del carro y verte sentado me dan ganas de decirte que jamás voy a volver a tu lado. En mi vida algo raro está pasando, es una espina que se posa en mi alma con calma, y me hinca dulcemente mientras me destruye y a la vez me reconstruye sin fin. Tan solo un minutito te diré y en ese lapso de tiempo huiré, porque si te lo digo de frente, en serio eres tan inteligente que me harás arrepentirme en un segundo y volveré a caer. Adiós te digo por dentro, tan solo un segundo te digo en tu cara, para que no me hagas nada, ni me dañes más.
Deja que los años de experiencia que la vida te ha dado, se complementen armoniosamente con una mujer de tu edad, que entienda esos problemas y pueda ayudártelos a superar. Yo? Soy una chica inocente, y a veces un poco demente, así que antes que me pase algo mas extraño, prefiero voltear la cabeza mirar al camino de donde me salí y regresar en una.
Sí, lo descubriste este minutito es más que un hasta luego, es un adiós para siempre, para continuar mi vida sin problemas ni desilusiones a tu lado. Y aunque me ames y se te vaya la vida según tú si hoy me alejo, te doy un consejo, nunca antes con ninguna se te fue. Así que ahora, don hermoso, me alejo y me voy muy lejos, me voy  porque he conocido algo complejo que me ha dejado con la boca abierta, que me  ha dado esperanzas para vivir como se debe, de manera correcta, agradable y perfecta, que me permite recuperar esos años perdidos, estas semanas contigo, que no me hicieron nada bien, aunque tus flores eran bellas, aunque tus joyas parecían estrellas en la tierra, aunque tus besos eran miel en primavera. No. Esto que he me ha encontrado es mucho pero mucho mejor, al aceptarlo no sentí nada de culpa, no tuve miedo, solo tristeza y me arrepiento de no haberlo aceptado antes en mi vida, por rencor.
Ahora sí me siento libre, como esas aves que vuelven nuevamente a su hogar, al nido. Soy una chica afortunada porque me topé con personas que jamás me juzgaban con una familia que por mí siempre oraba y que en el camino me hizo entender que no hay vida ni ilusiones duraderas ni saludables fuera de EL.
Así que te dejo, ya no es un hasta luego, es un adiós para siempre. Y sí, te dejo por un hombre, con un nombre que es sobretodo nombre. Por una persona que siempre desde que nací me amó. Y aunque nunca en mi vida lo había dicho con tanta fuerza y sentido. Ahora mismo con amor, un amor sincero y puro te lo digo: Jesucristo es el motivo.
Te animo a que lo encuentres tú también, a que comprendas que ninguna chica, de ninguna edad te llenará como te llena ÉL. Que si apuestas por Su calma, tu autosuficiencia se desdoblará en tres y tu mirada profunda e intensa se ablandará y reflejará ternura, amor paz y sí, mucha inocencia.
Te animo a que lo encuentres y a la vez me retiro, porque no quiero ni pensar en que lo harías solo por estar junto a mí. Así que adiós, es una pena, pero que te vaya muy bien.
Y antes que me digas algo duro y mi dolor se encienda, antes que me digas un te amo con esa fuerza intensa que caracteriza tu destreza, me voy.
Abro las puertas de esa oficina y me siento más que libre. Este alivio que refresca no tiene nombre, no tiene explicación, es algo inmenso que me hace sentir más viva. Jesucristo me ha librado de lo que podría haber sido mi pena privativa, mi condena de muerte.
Soy libre en Ti, y jamás quiero mirar atrás, porque contigo encontré la salida.
Contigo, nunca más estaré perdida.

1 comentario:

  1. :) me gusto mucho la forma de pensar es alwo muy padre qe vea la vida de esa formaa!! aprendi bastante :D

    ResponderEliminar