Tú te fuiste. Me pediste que innovara sin tu ayuda y te fuiste. Sin pensar en el mañana, en el futuro que me depara y te fuiste. Y ahora que no estás pienso que no existes. No te veo, tú no existes. Estabas cerca a mí pero luego te alejaste y me miraste, y no dudaste de encararme y de efectuar una terrible operación. Mis manos frías intentaban calentarse con el susurro de tu voz, con tu nombre en mis labios pero lo planeaste todo sigilosamente y te fuiste, cerraste la puerta en la madrugada despacio, para que nadie lo note.
Y te perdiste ente las hojas de papel entre los words 2007 y 2003, saliste de mi mente y volaste, a otro lugar, lejos de mí. Te fuiste!!! ¿Porque me hiciste eso?, si no estás aquí simplemente ya no existes. No puedo reclamar a los cielos, porque ellos te llevaron consigo, no puedo gritar a la luna, porque ella también fue testigo. Mi corazón enardecido quiere tenerte y usarte como siempre, pero es imposible porque ya no estás en mi mente.
¿Y ahora? A buscar un motivo para gritar al destino que escribo y escribo sin tu calor en mí oído. Simplemente sin parar escribo, porque tú ya no existes, porque sin decir adiós, bien fresco, te fuiste. Y ahora sola escribo, no lo hago tan mal sin ti.
Mis manos y el teclado se sienten extraños, pero cuando escribo y pienso en que no existes me siento mucho mejor. Te fuiste inspiración, te fuiste sin pensar en el mañana, en el futuro que me depara, pero pensándolo bien, creo que la inspiración no proviene de ti misma. tú, palabra, no eres nada sin algo que la active, sí, aunque creo que estoy loca, tengo toda la razón. Inspiración, te fuiste pero puedes emerger de mi Imaginación, sí, te la presento, ella no se fue, ella me ama y está conmigo, así que mi Imaginación no te maldice solo me dice que tú no existes. La Imaginación que tengo en mi mente, que apreció quedarse en su hogar y vivir en mis sentidos, que rehusó ser rebelde como tú y dibujó mil edificios, me ayudará a olvidar tú vacío, a buscar otro motivo, porque tú te fuiste, porque ya no existes inspiración. Y con imaginación, sí, con ella, comenzaré a redactar. ¿Ves? Ya lo hice. Y no te necesité.
Estoy al borde de la locura, en el precipicio de la cordura, a punto de perder la razón. No se nada y lo se todo, mi suspiro enloquecido y mi voz como un aullido gritará a los cuatro vientos aferrándome a Imaginación, gritará sin más medidas: !Tú no existes, Inspiración!
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