Belleza interior. Se escucha taaaan bien, pero para el mundo son puras patrañas. Una cara bonita, un cuerpo escultural, la sociedad impone, los estereotipos te anuncian que tú debes ser así, linda, delicada, femenina, sensual.
No muchas mujeres se preocupan por cuidarse internamente, qué fácil es maquillar el alma, peinar las emociones, vestir con mentiras a un corazón, qué difícil es pensar en lo de adentro cuando todo el universo te grita ¡luce bien por fuera!... Los comerciales te dicen eso y nosotros nos lo creemos:
Si luces por fuera bien, Si combinas bien, si es de marca, entonces estás dentro del patrón, eres aceptada, halagada, envidiada y (lo peor) amada!…
Si tus ojos son así, su tus labios son asá, la figura esbelta, el cabello perfecto, el cutis impecable, entonces serás, lo conseguirás, conquistarás, triunfarás…. ¿y si no somos así qué pasa?
Cuánto rechazo sufrimos muchos por no ser para el mundo “bellos”. Y aunque entendemos que vivimos en una sociedad donde la cultura y el culto al cuerpo influye un montón, no es excusa para bajar la guardia y dejarnos llevar. A veces es difícil entenderlo, nos confundimos y seguimos la corriente, luego nos damos cuenta que no hay nada más real que ser nosotros mismos, nuestra esencia y personalidad, y despertamos y luchamos contra viento porque es fuerte y denso y porque muchas veces pareciera que no hay solución.
¡Cuántas expectativas tiene un hombre al querer encontrar una mujer, y cuántas expectativas tiene una chica al querer buscar un chico bajo estos patrones! Pero Dios habla poco acerca del aspecto físico, sí, es verdad, habla de la belleza de muchos grandes. Habla que Saúl y David eran bellos, que Raquel era regia, Lea tenía lindos ojos, que Sara era hermosa, incluso su esposo Abraham tendría problemas por eso. Esther se vistió con las mejores telas para impresionar… pero el puuunto es que hay más pasajes que hablan de cómo a Dios le importaba taanto lo interno del ser humano, su carácter, las motivaciones del corazón. Tallvez porque hay algo más importante que estar enfocados en vernos perfectos por fuera.
El carácter es primordial. Creo que todos preferimos que nos quieran por nuestro carácter y no solo por el físico. La madurez no depende de la seriedad, de tener una cara mustia y no hablar. Es ser como eres encaminando y canalizando tu carácter hacia todo lo bueno. Puedes ser alegre, extrovertida, chistosa, tímida, amigable, confiable, puedes ser como eres porque Dios no quiere que cambies tu forma de ser, solo quiere que lo encamines para bien.
En el nuevo testamento solo nos dicen que debemos ser “decorosas” jajajaja…esa palabra! Bueno, que seamos modestas, sobrias. No dice que estés con la falda al tobillo, solo que tengas prudencia. Eso no quiere decir que no nos arreglemos, es obvio que debemos cuidar la figura, vestirnos bien, bañarnos, maquillarnos, etc. Pero que no sea eso nuestro timón. Que no sea eso tu prioridad ni tu afán. Lo decimos para chicos y chicas, para todos aquellos que vemos rumbo a la playa los paneles de publicidad, que hacemos zapping para ver un buen programa de televisión y nos encontramos con series y películas que te dicen ¡sexo, placer, belleza y diversión! Lo digo para todos aquellos que están en internet, en la red con sus amigos, o para aquellos que detienen su mirada en una chica por las calles, o para ellas que sueñan con el príncipe (churro, churrísimo) azul.
Volvamos a la realidad, no siempre seremos jóvenes, nuestra piel se arrugará y nuestros cuerpos se irán deteriorando, por más cirugías que nos pongamos, o cremas antiarrugas que nos embadurnemos, esa es la ley de la vida, ese es nuestro paradero final hacia esta vida (porque la que se vieeeene…ayayay esa sí que es vida!!!). Por eso, en lugar de preocuparnos tooodo el tiempo de cómo nos vemos por fuera mejor preocupémonos por ser mejores personas por dentro. Todo debe tener un equilibrio. Al final te quedarás con tu carácter, tu mente, tu interior. Todo lo que sabes, todas las conductas adquiridas, la forma de ser, eso quedará por siempre.
Esperemos que a la hora de elegir, no elijamos al chico porque es fuerte y musculoso, porque tiene una cara linda, porque se viste bien, o porque parece chévere. Y que un chico no elija a la chica simplemente porque es bonita, porque es sensual, porque se viste con ropa de marca, o porque dice que es espiritual.
¿Ser o parecer? Creo que ambos (como dice Dragón y Caballero), son el equilibrio perfecto (jajaja) Pongamos atención en las cosas de arriba y no en las de la tierra, porque vana es la belleza, porque lo que perdura para siempre es lo de adentro, esto no es un cliché! Es la puritita verdad.
Nos falta tantísimo para hacer de ese consejo realidad.
Pero hay que confiar. Solo(a) no estás.
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