lunes, 28 de marzo de 2011

Llenándolo todo


Cada vez que tengo sed, o cuando muero de hambre, cuando me siento cansada y busco dormir, al necesitar  un abrazo, cuando me siento angustiada, cuando estoy muy feliz, cuando mi mami me mira, cuando un niño me pide limosna, cuando mis amigos me dan una palabra de aliento.
Cuando me abraza de esa manera, cuando las estrellas están en el cielo, cuando la noche es fría y gris, cuando hay neblina y el clima es húmedo, o cuando el sol brilla en el cielo azul, cuando vi el halo de luz, cuando tipeo en la oficina, cuando me voy a la playa, cuando estoy sirviendo en la iglesia, cuando converso con cada amigo, cuando escucho Tu nombre, cuando no tengo fuerzas, cuando creo en la esperanza, cuando me desespero por un suspiro, cuando siento que no perdono, cuando la vida se torna bella, cuando mi cuerpo se desgasta y enferma, cuando estoy corriendo con el tiempo, cuando me sobran los minutos y pienso en ti, cuando las historias me dan ideas, cuando la naturaleza se rebela, cuando me entra un poco de temor, cuando tengo esos nervios de punta y me late el corazón, cuando sigo pensando en la película que vi luego de salir del cine, cuando la casa está limpia, cuando respiro su perfume, cuando recuerdo mi infancia, cuando lo veo en las tardes, cuando la veo llena de fe, cuando me saluda mi familia desde lejos, cuando veo que se van a otros países, cuando imagino mi viaje, cuando pienso en la muerte, cuando me río por todo, cuando no digo nada, cuando salto de alegría, cuando me saco un 20 y simplemente sonrío.
Cuando veo a Mateo, cuando admiro a Jorge, cuando agradezco por Rosita, cuando me emociono por Jenny, cuando me acepto y sigo adelante, cuando estoy en el escenario, cuando aprendo algo nuevo, cuando encuentro sentido a esas palabras que escribí, cuando busco y no encuentro, cuando lo hallo y lloro de alegría, cuando oro por él, cuando oro por todos, cuando oro por mi vida y mi futuro, cuando oro por el mundo, solo cuando oro. Cuando leo tus palabras, cuando escudriño mi interior, cuando estoy de rodillas, cuando voy contra la corriente, cuando tengo las heridas abiertas, cuando estoy sangrando de dolor, cuando veo una aguja en mi cuerpo, cuando respiro olor a mar, cuando entro a un centro comercial con plata y no sé ni por dónde empezar, cuando veo a la gente peleando, cuando disfruto el talento de una voz, cuando encuentro una coca cola helada en medio de un calor espantoso y la tomo con desesperación, cuando me atoro.
Al tomar un helado con mi familia, cuando se me caen las cosas, cuando las pierdo por distraída, al regalar una carta hecha con esmero, cuando me olvidé de saludar por un cumpleaños, cuando me retracto y pido perdón, cuando no guardo rencor, cuando respiro hondo, en el momento que me mira a los ojos y me dice ¿qué tienes? O cuando miro sus labios delineando mi nombre, en un susurro, en la quietud de mi alma, cuando me cuesta reír, cuando lo quiero matar, cuando me dan ganas de tener una mascota, o cada vez que quiero escuchar música en vivo, cuando me siento en la banca de aquel parque cada noche sin que nadie lo sepa, cuando estoy en una montaña rusa de emociones, cuando grito fuerte para que me escuches, cuando nadie te cree, y todos se burlan, cuando veo aquel diario y esas fotos, cuando me pinto los labios, cuando me peino viendo aquel programa de tv, cuando escucho la música del carro y mis hombros se comienzan poco a poco a mover, cuando me emociono porque obtuve lo que quise, cuando ensayo con fuerzas, cuando mis motivaciones son las correctas, cuando voy por buen camino, cuando la desobediencia me pasa facturas, cuando me siento una atleta, cuando me veo muy alta, cuando empiezo clases y las veo a ellas felices, cuando estudio de madrugada, cuando me quedo en sus casas, cuando oro por ellas, cuando me acuerdo de él y oro a morir para que te conozca, cuando veo a otras familias, cuando me duele la cabeza, cuando me parten el alma, cuando me destruyen el corazón, cuando acudo nuevamente a ti, cuando llaman al teléfono, en cada minuto que estoy en la combi, al ver a un limpiador de parabrisas, cuando veo a la gente en la calle, cuando camino con la mirada perdida, en el momento en que nadie me ve y estoy en mi cuarto a solas, en los días en que todos saben de mí, cuando me dicen algo hermoso, cuando mi cabeza está recontra caliente de fiebre, cuando me río escandalosamente, cuando no paro de hablar de lo que hiciste por mí ese día, cuando entiendo tu voluntad. Cada día en los que estoy super full, en aquellas circunstancias dramáticas, cuando nuevamente me dejo llevar, cuando estoy a punto de destruir la amistad, cuando no quiero perderla. En cada espacio, en cada rincón en cada momento, el continúa, sigue, se empecina, en llenarlo todo con su amor, sigue completándolo, lo llena todo, encuentro la vida, tengo sentido, tengo paz, él sigue llenándolo, día a día, cada vez que pienso en él y en sus palabras, cada vez que las aplico a mi vida. Tú sigues siendo el centro, tú lo completas todo, eres la luz perfecta, el agua más deliciosa, el pan de vida, todo, eres todo, llénalo todo, tú y solo tú, eres mi plenitud. No quiero jamás dejarte, sigue conmigo, llénalo todo. Tú y solo tú, te amo Jesús.

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