jueves, 28 de abril de 2011

Porqué lo molestas aún???

Son esos momentos en los que no quieres llorar, no te sientes angustiada, te mantienes firme, no sientes tristeza, puedes sonreír, pero tienes un signo de interrogación en tamaño gigante rodeando tu cabeza, lo peor es que cada minuto que pasa se agranda más.

Cuestionas tus decisiones hasta al punto que tu cabeza llega a reventar, pero entonces te das cuentas que darle vueltas no sirve de nada, solo te agobias y permites que el signo de interrogación siga creciendo. Entonces me voy al baño, cierro la puerta, respiro hondo y toco la otra puerta, la del cielo. Toc, toc, ¿estás? Necesito ayuda.

Es una urgencia, el contexto lo pide. Sigo y sigo porque no lo escucho, entonces comienzo con las preguntas y los reclamos, comienzo a hablar en voz alta en el baño, no me miro al espejo porque parezco loca, le doy la espalda, miro al techo, y sigo hablando. Luego estoy gritando entonces me callo. Y comienzo a decirlo en mi mente, levantando las cejas, mirándote con ojos desafiantes. Llamo, busco, interrogo y en menos de 10 minutos me canso y me apoyo sin ganas en la pared.

Es una simple pregunta que parece no tener solución, una simple espina que me está matando desde hace días… algo sencillo que por no tratarlo a tiempo se enredó en mi alma y me cuestiono si realmente hice bien o no. Si mi forma de solucionarlo fue la correcta, sentía paz, pero luego no, entonces no sabía si era su voz. Y ahora estoy en el baño (bueno, hace un rato) tocando y tocando, molestándote, aferrándome a ti, agarrando tu manto, intentando al menos tocarlo para sentirte cerca, sola aunque contigo. Y busco  y llamo a la puerta, ahora toco mas fuerte, he traído un timbre, ese que suena más fuerte, horriblemente, lo toco miles de veces, mil es el número de mi tristeza cuando no encuentro respuesta. Así que me acuerdo de tus promesas y te las recuerdo por si las dudas, las menciono una por una, cada versículo, cada palabra y en un cerrar de ojos te cito ese salmo que me aprendí…ese que dice que Tú me conoces! Que tú me  has creado, ese en el que el salmista está maravillado de tu amor. Entonces recuerdo esa escena en el que todos te buscaban cuando estabas en esta tierra, y se amontonaban y clamaban y pedían y tú los escuchabas, y su Fe los sanaba.

Lo mostro de todo esto es que en verdad tengo paz. Esa duda no puede penetrar más adentro. Solo está en la superficie, hincando, hincando, fastidiando, dándole de a poquitos como para que me desespere y pues lo estaba consiguiendo. Y no fue sino hasta que las vueltas en mi cabeza cesaron y empecé a mirar a ese techo pálido del baño, como si mis ojos tuvieran rayos x y estuviera directito mirando a tu reino, frente al trono de Dios.

Y de tanto en tanto me río, porque parezco una niña caprichosa reclamando lo que te pido. Hasta que de pronto comprendo. Solo me quedo en silencio. Ya tú lo sabes. Te lo dije como para descargarlo. Y entonces leo. Eso que le dijiste a Jairo, el principal de la sinagoga, el más más, el que era parte de los que te querían botar. Que en medio del problema más difícil te pide un milagro sin pensar en el qué dirán los otros, decide ir donde ti porque sabe, lo presiente, lo entiende, eres el único que lo podía ayudar.

***Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?
 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, le dijo: No temas, CREE solamente.***
En medio de la desesperanza Jairo decide creer. aunque ese viaje a su casa parecía eterno, aunque ha debido tener esos minutos como los más largos e intensos de su vida. pero decidió olvidarse de lo que era, de la presión de los judíos y decidió Creer. 

Yo también.

Por cierto, ya saben como termina la historia.

Porque sí vale la pena molestarlo tanto. Vale la pena no dejarlo hasta que nos bendiga. Buscarlo hasta que lo encuentre. Pedirle que se manifieste. Y cuando menos lo esperes lo hallarás y te reirás de emoción (o talvez llores, depende de uno) y sabrás que EL es quien dice ser, único, sabio, bueno, hermoso, grande, que en todo tiene razón, que escucharlo es la mejor decisión, que seguirlo es una gran bendición, y que su muerte y su resurrección es lo que verdaderamente nos liberó.

Sonrío ahora. Entiendo y descanso.

uff, okey, mmmm... espero entonces, gracias, solo te lo doy a ti.

porque en este mundo tendréis aflicción, pero confiad, Yo he vencido al mundo.

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