El hombre, como la hierba son sus días;
como la flor del campo, así florece;
cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
Más la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
como la flor del campo, así florece;
cuando el viento pasa sobre ella, deja de ser,
y su lugar ya no la reconoce.
Más la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
La vida es
tan frágil. Somos tan efímeros. Recordémoslo siempre.
Busquemos a Dios hoy.
Él da seguridad de esta vida y la que viene a su
lado, si crees en Jesús, si buscas al Señor.
Que nada nos
nuble la vista, que nada nos haga pensar que somos invencibles, fuertes,
poderosos, que tenemos el mundo en nuestras manos. Recordemos que somos niebla,
busquemos a Dios, vivamos en integridad al conocer su palabra, reconozcamos
nuestros pecados, sembremos para el reino de arriba. No hay nada más valioso
que eso. No hay nada que importe más que eso. Sé humilde, reconoce a Dios.
Porque somos
polvo y todo lo que ganemos aquí de nada sirve allá. Solo Jesús.
Los poderes
y riquezas de este mundo pasarán, pero el que hace la voluntad de Dios jamás.
No nos gusta hablar de la muerte, pero es saludable hablar de ella y detenernos
en este mundo que te alborota cada segundo, con cada nueva actividad social.
Con nuevas modas cada vez más egocéntricas y orgullosas, que nos hacen pensar
en el yo y no en el nosotros. En el yo y no en los demás.
Hablemos más
del pan de vida, actuemos siempre como Él. Busquemos la fuente de agua viva que
nunca cesa, para poder derramar en abundancia ese torrente a todo el que nos
vea.
Y lo que no
entendamos en esta vida, agradezcamos al Señor y confiemos. Recuerda que él es
fiel SIEMPRE, tú y yo no.
La muerte no es sombría y no tiene porqué serlo si te aferras a Jesús. Él YA PAGÓ el precio de la muerte eterna, El lo hizo para que tú vivieras. Cree en eso de corazón y permanece. Persevera en sus palabras. Persevera hasta el fin. La muerte es la puerta de entrada a la verdadera vida, no del infierno, al menos no tiene porqué serlo. Decide y búscalo hoy!